Un "Consejo de Guerra" (por utilizar las palabras empleadas por Marta Meléndez para definir su comparecencia ante la Ejecutiva de su partido, el PSOE) ha desvestido de todos sus cargos a quien encabezó la lista electoral en la capital gaditana.
Aparentemente el motivo es la imputación de graves delitos a la que se va a ver sometida por un asunto de su trabajo en el ISE, en donde también ha sido tratada sin demasiado "cariño". No hay nada como perder en partidos sectarios -¿todos?- para ser depurada de este modo inmisericorde. En un "Consejo de Guerra".
La rival de Teófila Martínez no ha gozado de la presunción de inocencia (como otras, que incluso han sido "retribuidas" con cargos en la Administración andaluza). Formaba parte del núcleo de poder que perdió frente al llamado "Susanismo", pues ni agua. Sigue el famoso lema, o el mismo purgante de los tiempos de Alfonso Guerra: quien se mueva no sale en la foto. O sale en esta foto de Marta Meléndez desgañitada contando a todos lo que han hecho injustamente con ella, que ni se lo cree.
Yo, que todo lo veo en clave de la Isla, pues imaginaba a alguna que yo me sé que aspira a ser la cabeza de la lista contra Loaiza. ¿Se mirará en el espejo de Marta Meléndez? Es que Marta lo tuvo todo, era la candidata del PSOE a la Alcaldía de la ciudad de Cádiz, ¡hace tres años! Pero perdió. No ganó. Por mayoría absoluta perdió. Entonces… Por de pronto ya no iba a repetir, se buscaría otro rostro para el pin pan pun fuego. Y no tenía pactada otra condición en el pacto con su partido. López Gil encontró el despacho de la Plaza de España cuando perdió contra Loaiza pero porque supo situarse en el bando que ganaría. Marta no supo, o no pudo. O no quiso. Pues no hay despacho para ella ni en la plaza de España ni en sitio alguno. Hay esto, este "Consejo de Guerra", este despojo y, sobre todo, este espectáculo en cierto modo infamante.
En nuestra ciudad algunos (y algunas, como gusta decir a la progresía del género) se viven estos problemas como si fueran propios, o se mira para otro lado. Las sonrisas de ayer, y los abrazos grandes, ahora son hemerotequerías (se me acaba de ocurrir este palabro), pero el virus está inoculado en las formas de la Política. Sin remedio.
Siempre te recordaremos, Marta Meléndez. En San Fernando digo. Por si quien cree que este matrimonio es para toda la vida un día se mueve y se queda fuera de la foto. De boda. Entonces volveremos a hablar de tu "Consejo de Guerra" y de tu inexistente presunción de inocencia. Mejor dicho: de tu presunción de culpabilidad.
Lo dijo Óscar Lobato el martes en el Café del Correo: ¡Al suelo, que vienen los nuestros!
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