La encuesta de metroscopia no deja lugar a dudas. El 84% de los encuestados considera que la ley que, irremediablemente, se aprobará en el Congreso de los Diputados debe modificarse o retirarse. Permitido prohibir todo aquello que se pueda imaginar. Ahora tocaba el recorte sobre los derechos fundamentales y las libertades públicas. Manifestación, concentración, reunión, plataformas, todo prohibido. A partir de ahora no tendremos intimidad, honor o imagen y, por supuesto, nuestro domicilio ya no será inviolable. Se legaliza la entrada de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en establecimientos públicos, por ejemplo como ocurrió hace un par de años en la Facultad de Filosofía y Letras. Se legaliza la disolución por la Policía de reuniones en lugares de tránsito, es decir, lo que ocurrió el año pasado en carnavales.
Muchísimo me temo que no será la última limitación. Ya lo dijo la Vicepresidenta hace unos años: "van a por todas". Así es. Lo siguiente el derecho a huelga. De hecho, la reforma de este derecho fue anunciada hace tres años.
Pero lo más impresentable que se ha podido escuchar estos días, ha sido la frase tan impropia de ese Ministro del Interior... Que digo, la expresión tan fascista. Estos del PP no se cortan ni un pelo, aún estando a la vuelta de la esquina las elecciones municipales. La mejor respuesta, la dio ayer Antonio Hernández-Rodicio en la Cadena Ser en su "Medio Minuto":
Muchísimo me temo que no será la última limitación. Ya lo dijo la Vicepresidenta hace unos años: "van a por todas". Así es. Lo siguiente el derecho a huelga. De hecho, la reforma de este derecho fue anunciada hace tres años.
Pero lo más impresentable que se ha podido escuchar estos días, ha sido la frase tan impropia de ese Ministro del Interior... Que digo, la expresión tan fascista. Estos del PP no se cortan ni un pelo, aún estando a la vuelta de la esquina las elecciones municipales. La mejor respuesta, la dio ayer Antonio Hernández-Rodicio en la Cadena Ser en su "Medio Minuto":
"El ministro Fernández quiere enviar un paquete exprés lleno de inmigrantes al norte rico, lejano e insolidario. ¿Se refiere el ministro al norte sueco, por ejemplo? ¿A ese norte que acoge cada semana a 1.800 sirios, como antes a balcánicos e iraquíes? ¿Esos despachos del norte de la indignación de Fernández Díaz son aquellos donde se decide darles casa, trabajo, idioma, comida y papeles?
Y que nadie se engañe. No es el PIB. Son los valores.
Va a ser que la solución no es enviarles inmigrantes. Sino ministros. A ver si aprenden algo."