Ahí está el tío. Sentado. Con cara de circunstancias. Pensando: ¡Qué he hecho yo para merecer esto! Ni impugnación ni leches. Se ha tirado veinte años notificando a los concejales y concejalas de la oposición las convocatorias de los plenos, de las comisiones y de los consejos de administración que presidía en los despachos de los grupos políticos y ahora viene con remilgos. Saltándose el Reglamento del Ayuntamiento. Por cierto, ¿se lo leyó alguna vez? Lo que está claro es que decae en su derecho a la impugnación en el momento en el que acude al pleno, al darse por notificado. Así que supongo que esta mañana al salir de su casa, en el lugar de cuyo nombre nadie podría acordarse pero que todo Cádiz sabe, abrió su buzón de correos y cogió la convocatoria. Así se asegura percibir la indemnización por asistencia a plenos de este mes de julio, no vaya a ser que entre la ausencia al otro pleno y la "confusión" en el de hoy, se quede con dos palmos de narices.
Por cierto, la supuesta amenaza a los policías locales sobre la vulneración de la Ley de Protección de Datos no tiene desperdicio. Si contara la de veces que tú la vulneraste. O no te acuerdas ya del episodio en Onda Cero cuando públicamente mencionaste mi domicilio con "pelos y señales", aún estando la Corporación en alerta por atentado terrorista. O cuando cogías las notificaciones de las multas de algunos concejales y... Mejor, me callo.
Por cierto, la supuesta amenaza a los policías locales sobre la vulneración de la Ley de Protección de Datos no tiene desperdicio. Si contara la de veces que tú la vulneraste. O no te acuerdas ya del episodio en Onda Cero cuando públicamente mencionaste mi domicilio con "pelos y señales", aún estando la Corporación en alerta por atentado terrorista. O cuando cogías las notificaciones de las multas de algunos concejales y... Mejor, me callo.
Nota: la foto es de Eulogio García Romero.
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