Anoche no pude acudir a la concentración de San Juan de Dios para rechazar la actuación policial del pasado domingo. No me extraña que el informe policial diga lo que dice, como el informe de la intervención denunciada por los componentes de la chirigota de Kike Remolino. A mi juicio son demasiadas las ocasiones en las que últimamente la policía local se ve inmersa en situaciones que provocan el rechazo de los ciudadanos, ademas de las dos referidas y relacionadas con el mundo del carnaval, tengo que recordar la denuncia a compañeros de la Junta de Personal del Ayuntamiento de Cádiz porque se concentraban ante el Oratorio de San Felipe y molestaban al gobierno municipal -la denuncia fue por ruidos-; o las denuncias a vecinos que protestan por la situación de la ciudad y piden solución al problema del desempleo, y reciben la visita de la policía local un día si y otro también en sus domicilios; o las denuncias interpuestas contra Lorenzo que lleva meses intentando poner claridad en la adjudicación de las pantallas LED -situación que se ha llevado a la Fiscalía-. Pero el cambio de dominio, de instrucciones a la hora de afrontar estas situaciones por la policía local se produjo al mes de ganar las elecciones generales el Partido Popular, cuando las trabajadoras de la limpieza de los colegios públicos no cobraban y acudieron al pleno municipal de diciembre de 2011, fueron expulsadas del salón plenario y tuvieron que acudir a urgencias tras el enfrentamiento con la policía local.
El gobierno municipal y Teófila Martínez como máxima autoridad de esta ciudad, están obligados a retornar a la calma ciudadana, en estos tiempos en los que la paz social es tan importante. La policía local hace una encomiable labor como fuerza y cuerpo de seguridad, y sus agentes deben ser vistos por la ciudadanía como sus aliados. Por eso, y aun creyendo que fueran llamados por algunos vecinos, la labor de los agentes aquella noche debería haber sido bajo las premisas del entendimiento y del convencimiento de quienes disfrutaban del carnaval chiquito o se concentraban en la calle, de la necesidad de que debían permitir el descanso de los demás.
No me cabe la menor duda de que la policía local recibe instrucciones del gobierno municipal, sino es así resulta incomprensible es que el pasado lunes, ademas de los cuatro agentes que suele haber custodiando el salón de plenos, hubiera policías de paisano, como me denunciaron algunos asistentes y pude comprobar por mí misma.