Los Golfos Apandadores son unos personajes de Disney cuya única función en la vida es robar. ¡Robar y robar...! que diríamos parafraseando la copla. Andan todo el día tras los dineros del muy avaricioso Tío Gilito. A veces lo consiguen y otras fracasan. Durante años pueden estar en la más completa impunidad y de repente ¡Zas! Audiencia Nacional y portada de periódicos. Hay veces en que tienen suerte y se pueden agarrar a un defecto procesal y se escapan por la tangente, sin importar que haya cintas grabadas de viva voz y demás pruebas periciales En esa ocasión el golfo apandador de turno salió de rositas. Y eso enfada a la gente, pero el golfo apandador disfruta de su merecida jubilación por los servicios prestados.
También hay otro golfo apandador con menos suerte, por ahora. Este llevaba una listita con los ingresos y salidas. Los ingresos eran de generosos empresarios que querían de esta manera agradecer los desvelos de los apandadores por el libre mercado. En la listita había de todo: Presidentes, "campeones del sur", "rubias llorosas", ministrables y ministreros, lo mejor de la casa. Este apandador lo lleva peor, los jueces se pelean por juzgarlo y la prensa (canalla como ella sola) no lo deja en paz. Pobre apandador, tan acosado que pierde los nervios y hace gestos maleducados, impropios de gente de bien y orden, de derechas de toda la vida de dios. En fin, que lo que esperamos los españoles es que los golfos apandadores acaben donde deben acabar... en manos de la Justicia.
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