En pocos minutos, se producirá nuevamente una concentración en la Plaza del Palillero, en Cádiz, para pedir nuevamente la convocatoria de un Referéndum en el que los españoles y españolas decidamos qué modelo de Jefatura de Estado queremos: Monarquía o República.
Respeto el posicionamiento del Secretario General del partido y de su Ejecutiva. Considera Rubalcaba que se ha de respetar el pacto constitucional, y por ello, el grupo socialista en el Congreso y en el Senado, con toda probabilidad, votará afirmativamente y sin escisiones a la Ley Orgánica que regula el procedimiento en la sucesión de la Jefatura de Estado, previéndose la proclamación de Felipe VI como Rey.
Muchos militantes socialistas nos hemos manifestado proclives a abrir no sólo el debate sino a que este momento, esta segunda transición, sirva de punto de partida para decidir, para votar qué queremos, nuevamente, más aún cuando una parte importante de españoles -mucho de ellos desencantados-, no hemos podido decidir. Pero también algunos socialistas hemos acudido a estas concentraciones para recordar nuestro origen, nuestro pasado como partido. No estamos en 1978, año de cesiones. La nuestra, la de la admisión sin rechistar de un Rey que podría dar, como así lo hizo, estabilidad a nuestro país. Estamos en otro tiempo, en el de recordar también a quienes dieron su vida por la defensa de las libertades. A los que murieron proclamando la República, asesinados por quienes no aceptaron aquella. A quienes lucharon en el frente y sufrieron la persecución, la exclusión y el exilio posterior. Muchos de ellos y ellas, socialistas.
Es cierto, no podremos escribir nuevamente la historia. No se si estareis de acuerdo, no podremos escribir la historia de España, la de su formación como Estado Moderno. Una historia truncada por la intolerancia, por las ideas reaccionarias, por la imposición. En definitiva, por el golpe de Estado. De no ser así, hoy España podría, perfectamente un Estado Republicano y Federal.
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