Este será la última cuestión a responder a Pedro Ingelmo sobre el vomitivo artículo que escribió. Mañana remitiré una tribuna libre al Diario de Cádiz y espero que el Director de este medio no ponga impedimento alguno para publicarlo. Será el único modo de llegar a todos, o a una gran parte, de aquellos que leyeron el artículo el pasado 17 de marzo.
Pues bien, accedí a la plantilla de ISE Andalucía el 26 de enero de 2006, mucho antes de entrar en política. Por entonces no tenía relación alguna con los miembros de la organización. La primera vez que hablé con Chiqui Pérez Peralta (secretario general en aquel momento) o con Juan Guerrero (secretario de organización) fue el 10 de noviembre de 2006, el día que se tomaron un café conmigo porque querían conocerme. A Rafael Román, portavoz y candidato socialista, no lo conocí hasta que no se presentó la candidatura de 2007. Y a Luís Pizarro no lo conocí hasta bien entrada esa campaña electoral. Así que ni dedo que me puso ni dedo que me quitó.
Pues bien, accedí a la plantilla de ISE Andalucía el 26 de enero de 2006, mucho antes de entrar en política. Por entonces no tenía relación alguna con los miembros de la organización. La primera vez que hablé con Chiqui Pérez Peralta (secretario general en aquel momento) o con Juan Guerrero (secretario de organización) fue el 10 de noviembre de 2006, el día que se tomaron un café conmigo porque querían conocerme. A Rafael Román, portavoz y candidato socialista, no lo conocí hasta que no se presentó la candidatura de 2007. Y a Luís Pizarro no lo conocí hasta bien entrada esa campaña electoral. Así que ni dedo que me puso ni dedo que me quitó.
ISE Andalucía se creó por decisión de la Consejera de Educación, Cándida Martínez, en noviembre de 2005. Los proyectos de obras en los centros educativos que gestionaban los Servicios de Programas y Obras de las Delegaciones Provinciales de Educación estaban enormente retrasados. Así que había que crear un instrumento que agilizara esta cuestión y que se encargara de los servicios complementarios asociados al Plan de Apertura de Centros, hasta ese momento a cargo de los Servicios de Ordenación Educativa de las Delegaciones Provinciales.
El por entonces Delegado Provincial de Educación, Manuel Brenes, decidió que el gerente de Cádiz fuera Fernando Ameyugo -profesor de tecnología adscrito desde hacía años al servicio de programas y obras de la Delegación de Cádiz-. Y éste decidió llevarse a la Gerencia Provincial a dos personas consigo. Salvador V.R., administrador de la Oficina Técnica (funcionario de carrera, maestro) y a Soledad V.M. (interina y administrativa de la Delegación y con F.P. I). La intención de Fernando Ameyugo fue siempre que esta persona ocupara la plaza de administradora de la Oficina de Gestión, pero, para ello, debía ser titulada universitaria. Así que una vez que desde arriba le dijeron que no podía ser, empezó a buscar alguien con el perfil indicado (funcionaria y titulada universitaria). Llamó a muchos compañeros y compañeras de mi especialidad (FOL) y a mi. Y así es como a mediados de enero de 2006 me encontré un papel en mi casillero del instituto con el número de teléfono de Fernando Ameyugo. Me propuso que remitiéramos mi curriculum a Servicios Centrales y que me valoraran. Aquí, públicamente expreso un pensamiento: si hubiera sabido como era y lo que le acompañaba, jamás hubiera aceptado. Me encontré con un gerente como ya he dicho machista, xenófobo, homófobo, etc, pero además con un gerente que tenía un equipo totalmente establecido, con una persona que quería ser administradora y no podía, y con un sistema de trabajo y con costumbres que no me gustaban nada.
Decía Pedro Ingelmo que Fernando Ameyugo me llamó. Así es como fue, pero también decía que el puesto de administradora de gestión "era un puesto cómodo, tan cómodo, como que Ameyugo, tuvo que dejar el cargo porque los papeles y las facturas se traspapelaban". Sepa Pedro Ingelmo que el puesto no era cómodo, primero por la ingente tarea que desarrollan los administradores de gestión, con un movimiento económico anual en la provincia de Cádiz de alrededor de 33 millones de euros, poco cómodo sobretodo cuando lo quieres hacer todo acorde con la legalidad y tu Gerente se la quiere estar saltando continuamente. Y en segundo lugar, no fue cómodo el puesto durante el tiempo que trabaje con Fernando Ameyugo porque nuestras discrepancias de como había que hacer las cosas empezaron a los seis meses de entrar en la oficina, y todo como consecuencia de su actitud continuada de intentar saltarse la legalidad y su comportamiento con determinadas empresas. Solo cuento un hecho, a la semana de empezar a trabajar en ISE Andalucía, Fernando Ameyugo me presentó a Pedro González, gerente de Contratas y Mantenimiento Pacheco, con quien los tres (él, el administrador técnico y la administrativa) parecían mantener un comportamiento más allá de la relación administración-empresa que, a mi criterio, no se debe tener.
Así empezamos, cuatro personas -ahora son quince- hasta que en el verano de 2006, a través de oferta pública de empleo, entraron a trabajar cinco técnicos. Algunos aprendieron bien las técnicas del Gerente. De hecho, tras una investigación interna, en enero de 2012, fueron despedidos disciplinariamente el administrador técnico y el ingeniero -hoy imputados en la investigación judicial-. Será casualidad, pero el Director de Recursos Humanos tardó seis meses en sacar a promoción interna esas dos plazas, pendiente de las sentencias del Juzgado de lo Social. La que yo ocupaba ha sido ofertada también por promoción interna a los diez días de mi despido, sin esperar a la resolución del Juzgado.... Todo se verá, tiempo al tiempo.
El por entonces Delegado Provincial de Educación, Manuel Brenes, decidió que el gerente de Cádiz fuera Fernando Ameyugo -profesor de tecnología adscrito desde hacía años al servicio de programas y obras de la Delegación de Cádiz-. Y éste decidió llevarse a la Gerencia Provincial a dos personas consigo. Salvador V.R., administrador de la Oficina Técnica (funcionario de carrera, maestro) y a Soledad V.M. (interina y administrativa de la Delegación y con F.P. I). La intención de Fernando Ameyugo fue siempre que esta persona ocupara la plaza de administradora de la Oficina de Gestión, pero, para ello, debía ser titulada universitaria. Así que una vez que desde arriba le dijeron que no podía ser, empezó a buscar alguien con el perfil indicado (funcionaria y titulada universitaria). Llamó a muchos compañeros y compañeras de mi especialidad (FOL) y a mi. Y así es como a mediados de enero de 2006 me encontré un papel en mi casillero del instituto con el número de teléfono de Fernando Ameyugo. Me propuso que remitiéramos mi curriculum a Servicios Centrales y que me valoraran. Aquí, públicamente expreso un pensamiento: si hubiera sabido como era y lo que le acompañaba, jamás hubiera aceptado. Me encontré con un gerente como ya he dicho machista, xenófobo, homófobo, etc, pero además con un gerente que tenía un equipo totalmente establecido, con una persona que quería ser administradora y no podía, y con un sistema de trabajo y con costumbres que no me gustaban nada.
Decía Pedro Ingelmo que Fernando Ameyugo me llamó. Así es como fue, pero también decía que el puesto de administradora de gestión "era un puesto cómodo, tan cómodo, como que Ameyugo, tuvo que dejar el cargo porque los papeles y las facturas se traspapelaban". Sepa Pedro Ingelmo que el puesto no era cómodo, primero por la ingente tarea que desarrollan los administradores de gestión, con un movimiento económico anual en la provincia de Cádiz de alrededor de 33 millones de euros, poco cómodo sobretodo cuando lo quieres hacer todo acorde con la legalidad y tu Gerente se la quiere estar saltando continuamente. Y en segundo lugar, no fue cómodo el puesto durante el tiempo que trabaje con Fernando Ameyugo porque nuestras discrepancias de como había que hacer las cosas empezaron a los seis meses de entrar en la oficina, y todo como consecuencia de su actitud continuada de intentar saltarse la legalidad y su comportamiento con determinadas empresas. Solo cuento un hecho, a la semana de empezar a trabajar en ISE Andalucía, Fernando Ameyugo me presentó a Pedro González, gerente de Contratas y Mantenimiento Pacheco, con quien los tres (él, el administrador técnico y la administrativa) parecían mantener un comportamiento más allá de la relación administración-empresa que, a mi criterio, no se debe tener.
Así empezamos, cuatro personas -ahora son quince- hasta que en el verano de 2006, a través de oferta pública de empleo, entraron a trabajar cinco técnicos. Algunos aprendieron bien las técnicas del Gerente. De hecho, tras una investigación interna, en enero de 2012, fueron despedidos disciplinariamente el administrador técnico y el ingeniero -hoy imputados en la investigación judicial-. Será casualidad, pero el Director de Recursos Humanos tardó seis meses en sacar a promoción interna esas dos plazas, pendiente de las sentencias del Juzgado de lo Social. La que yo ocupaba ha sido ofertada también por promoción interna a los diez días de mi despido, sin esperar a la resolución del Juzgado.... Todo se verá, tiempo al tiempo.
Por acción o por omisión. Si eras conocedora de las cosas que cuentas y no hiciste nada, es que eres igual que las personas a las que acusas.
ResponderEliminarEn nada he acusado, porque en nada me parezco a quienes menciono en el texto, sin desvelar datos personales, por supuesto, salvo el de quien todo el mundo conoce en estos momentos.
ResponderEliminarEn cumplimiento del acuerdo adoptado me retracto de los calificativos "homófobo, xenófobo, machista, etc".
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