domingo, 6 de abril de 2014

Carlos Díaz, gran Alcalde


El Diario de Cádiz no deja de sorprenderme. Algunas veces para mal y otras para bien. Aunque en ocsaiones con una mezcla de lo malo y de lo bueno que tiene el ser humano.
Hoy abre portada con un reconocimiento. El que ha ocultado durante años porque ha sido conveniente, ha sido necesario, para tener siempre de su lado el poder. Así de duro es, pero así es como lo pienso. Hoy en un interesante artículo de José Antonio Hidalgo -no sé si es subdirector, jefe local o lo que sea, porque tengo un lío con tanto jefe en este medio- describe cómo era el Cádiz de principios de los ochenta. Y por fin, hace un reconocimiento a la labor que hizo mi Alcalde: Carlos Díaz. Dice Hidalgo que "la memoria es frágil", y ¡tanto! ha sido intencionadamente frágil por éste y por otros medios de comunicación, ocultando ante los supuestos "logros" de Teófila Martínez, al Alcalde al que realmente debemos el avance y la modernidad en la ciudad de Cádiz.
Bajo el título de "Los años que cambiaron Cádiz", Hidalgo expresa que si "¿Se imaginan los barrios más populosos del casco antiguo sin vías urbanizadas, con una red de saneamiento anticuada y, sobre todo, con miles de viviendas casi en ruinas, con familias y familias hacinadas y sin perspectivas de encontrar una casa mínimamente decente? ¿Se imaginan los 'nuevos' barrios de Loreto, Puntales, La Laguna... con calles sin asfaltar, sin servicios públicos, abandonadas? ¿Se imaginan una ciudad sin equipamientos ni actividades culturales, con el Teatro Falla al borde de la ruina física, con sus museos en plena decadencia? ¿Se imaginan los colegios públicos maltratados y una Universidad recién nacida sin medios? ¿Se imaginan una playa anticuada, sin paseo marítimo, colapsada de casetas de madera de diseños dispares o con playas como Santa María del Mar cerradas por su mal estado? ¿Se imaginan la red de fortificaciones de la ciudad ocupadas por destacamentos militares y sin uso, por ello, para el conjunto de la ciudadanía? ¿Se imaginan una red asistencial pública escasa, con contados centros médicos, y sin equipos municipales de atención a los más necesitados? ¿Se imaginan una ciudad sin apenas bibliotecas, con un vetusto parque de autobuses urbanos, con una vía del ferrocarril que rompía en dos la trama urbana, con edificios de gran valor histórico abandonados? ¿Se imaginan una ciudad partida en dos, con barrios degradados socialmente? ¿Se imaginan a los vecinos de un barrio, Santa María, saliendo a la calle para con sus propios medios intentar limpiar el barrio y arreglar sus calles?". Claro que sí, nos lo imaginamos. En mi caso porque esos son los años en los que mi familia vino a Cádiz. Y se instaló en La Laguna. Un barrio que más bien era un descampado de tierra, sin calles, sin alumbrado y sin saneamiento.
Carlos Díaz puso toda su inteligencia, todo su buen hacer, todas las horas de cada uno de los días que fue Alcalde al servicio del pueblo. Y eso no ha sido reconocido. No sólo le toco abordar tareas tan esenciales para una ciudad como las descritas en el artículo, sino también proyectó, a través del PGOU de 1995, la urbanización de los siguientes diez años de esta ciudad. Todo esto ha sido ocultado durante muchos años, intencionadamente ocultado, para crear sobre la población un "estado", una "sensación": antes de Teófila Martínez, nada existía en esta ciudad. Y en esta ocultación, como mensaje machacón de la derecha de esta ciudad, han sido cooperador necesario el Diario de Cádiz.

2 comentarios:

  1. jose antonio hidalgo9 de abril de 2014, 3:30

    Director adjunto
    Saludos

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  2. Gracias, Jose Antonio por la aclaración. Pues ya lo sé para la próxima, Director Adjunto.

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