miércoles, 28 de agosto de 2013

La caída de los dioses


Hay momentos en los que nos parece que nada puede cambiar, que quienes detentan el poder están tan bien agarrados a él, que controlan todo con eficacia letal y que nada ni nadie puede arrebatarles el control de una nación, una sociedad... o una ciudad. Hemos pasado años pensando que Teófila era imbatible, que nada ni nadie podían desbancarla de la Plaza de San Juan de Dios que el desánimo cundía entre los progresistas de esta ciudad. Pero de repente las cosas parecen cambiar, tomar otro rumbo y quienes parecían como dioses seguros en su Olimpo empiezan a tambalearse. El Teofilato, como gusta llamarle a un buen amigo, da señales inequívocas de desgaste, de hartazgo entre los gaditanos y gaditanas. Primero fue el "apunte" en la contabilidad negra de Luis Bárcenas, 30.000 euros aun no explicados salvo una llantina histriónica a modo de dignidad falsamente ofendida. Luego las condenas a Rodríguez de Castro, el hombre que designó la alcaldesa para presidir la Zona Franca y que expolió desde la soberbia y el despotismo a esta institución vital para el desarrollo gaditano (iudices dixerunt). Luego vinieron esos plenos municipales llenos de gentes del pueblo que pedían y exigían soluciones a sus problemas, no tanta y tanta propaganda pagada con dinero de los contribuyentes. Después las metidas de patas a causa de las opiniones de la gente en twitter, ignorancia digital sumada a intolerancia frente a las opiniones ajenas. Los ataque a IU en la búsqueda de culpables a su impopularidad. El vergonzante y frustrado homenaje a PPBlas fue una puntilla más. El desprecio y el insulto a la oposición socialista para cubrir su ineficacia como gobernante en tiempos de crisis. 

No me cabe duda que estamos ante el principio de la caída de los dioses, tomo el título de la famosa película de Visconti, de que se abre una oportunidad para poder poner en marcha un nuevo y factible futuro para nuestra ciudad. Es tiempo de cambios, de trabajar por una alternativa real que dé un vuelco a esta situación insostenible de decadencia, crisis, hegemonía de la carcunda gaditana y estancamiento al que nos han llevado dieciocho años de teofilato. En nuestras manos está aprovechar esta oportunidad. No la desperdiciemos en cuitas internas.

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