El 20 D ha sido una caja de sorpresas. De un Congreso de los Diputados teñido de azul, pasamos a uno multicolor, en el que se reproduce con mayor intensidad el pluralismo político, uno de los principios esenciales de nuestro Estado.
No creo que tras este resultado se pueda llegar a la conclusión de que se ha terminado con el bipartidismo, como algunos propugnan, porque la suma de los dos principales partidos conforman la mayoría cualificado del Congreso. Pero además porque tampoco creo que el bipartidismo, con todo el componente peyorativo que se vierte sobre él, haya sido el modelo que imperara. Simplemente, la ciudadanía se expresaba en las urnas y lo hacía en ese sentido. Ni más ni menos. Por eso, me resulta curioso escuchar a aquellos que desechan al PSOE y al PP y que hablan del fin de turnismo, deslegitimando esa expresión de voluntad, esa confianza que en su tiempo depositó la ciudadanía en las urnas, en las mismas que el pasado domingo.
Paradojas del destino, los socialistas nos volvemos a colocar como "llave" del gobierno. De nuestras decisiones depende qué ocurrirá en los próximos meses. Una cuestión clara deberíamos tener, los ciudadanos han dicho "no" al gobierno de Mariano Rajoy, además de decir "no" a las mayorías absolutas ejercidas por el PP como hasta ahora. Por eso, me alegra que mis líderes tengan clarísimo ese sentido de nuestro voto en el Congreso. No a Rajoy, No al PP. Y a partir de ahí, ¿qué? Parece que en este mensaje tan contundente también se ha colado la decisión de cerrar las puertas a una colación de las fuerzas de izquierdas -al menos de Despeñaperros 'pa' abajo-. Mala postura la que viene a rechazar una coalición de izquierdas en el minuto dos. Mala postura la del candidato de Podemos de poner sobre la mesa cuestiones que de partida enconan una posible negociación, aunque dentro del PSOE algunos pensemos que finalmente el "derecho a decidir" se ejercerá en la cuestión de Cataluña y todo lo que suponga una postura férrea de nuestro partido en contra del referéndum sólo 'embarra' más la situación.
Menos testosterona, por favor, por el bien del país, porque no creo que estemos en disposición de acudir a unas nuevas elecciones. Por cierto, el 99% de mis alumnos y alumnas votaron el pasado domingo. Increíble el interés que han generado entre ellos y ellas estas elecciones generales. Y las dudas que el lunes mostraban sobre la aplicación del sistema D'dont en el reparto de escaños.
No creo que tras este resultado se pueda llegar a la conclusión de que se ha terminado con el bipartidismo, como algunos propugnan, porque la suma de los dos principales partidos conforman la mayoría cualificado del Congreso. Pero además porque tampoco creo que el bipartidismo, con todo el componente peyorativo que se vierte sobre él, haya sido el modelo que imperara. Simplemente, la ciudadanía se expresaba en las urnas y lo hacía en ese sentido. Ni más ni menos. Por eso, me resulta curioso escuchar a aquellos que desechan al PSOE y al PP y que hablan del fin de turnismo, deslegitimando esa expresión de voluntad, esa confianza que en su tiempo depositó la ciudadanía en las urnas, en las mismas que el pasado domingo.
Paradojas del destino, los socialistas nos volvemos a colocar como "llave" del gobierno. De nuestras decisiones depende qué ocurrirá en los próximos meses. Una cuestión clara deberíamos tener, los ciudadanos han dicho "no" al gobierno de Mariano Rajoy, además de decir "no" a las mayorías absolutas ejercidas por el PP como hasta ahora. Por eso, me alegra que mis líderes tengan clarísimo ese sentido de nuestro voto en el Congreso. No a Rajoy, No al PP. Y a partir de ahí, ¿qué? Parece que en este mensaje tan contundente también se ha colado la decisión de cerrar las puertas a una colación de las fuerzas de izquierdas -al menos de Despeñaperros 'pa' abajo-. Mala postura la que viene a rechazar una coalición de izquierdas en el minuto dos. Mala postura la del candidato de Podemos de poner sobre la mesa cuestiones que de partida enconan una posible negociación, aunque dentro del PSOE algunos pensemos que finalmente el "derecho a decidir" se ejercerá en la cuestión de Cataluña y todo lo que suponga una postura férrea de nuestro partido en contra del referéndum sólo 'embarra' más la situación.
Menos testosterona, por favor, por el bien del país, porque no creo que estemos en disposición de acudir a unas nuevas elecciones. Por cierto, el 99% de mis alumnos y alumnas votaron el pasado domingo. Increíble el interés que han generado entre ellos y ellas estas elecciones generales. Y las dudas que el lunes mostraban sobre la aplicación del sistema D'dont en el reparto de escaños.
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