domingo, 11 de octubre de 2015

Cajonazo al concejal de Fiestas

No llevo la cuenta. Esta será la enésima vez en la que Adrián Martínez de Pinillos, concejal de Fiestas, mete la pata. Y no por lo planteado, sino por las formas. Resulta curioso que quienes llevan a gala que cualquier decisión como organización política se debe tomar mediante asamblea, vengan en las instituciones a cambiar las cosas desde la imposición. ¡Hombre! ¡por favor!, a ver si aprendes de una vez que en un órgano colegiado en el que no cuentas con la mayoría de los votos deberías esforzarte, al menos, en contar las cosas y consultar antes de lanzar las ideas públicamente.

Resultado de imagen de adrian martinez de pinillosAhora el concejal tiene un 'cabreo' monumental. El mismo, ni más ni menos, que tienen los miembros de la Junta Ejecutiva del Patronato del Carnaval por enterarse a través de los medios de comunicación de los cambios que quería hacer el gobierno municipal. Así que vuelta a la casilla de salida. No habrá dios del Carnaval y sí diosa con sus correspondientes ninfas. El planteamiento de la supresión de éstas es lo que más polémica ha generado. Si esto era y es lo que quiere hacer el nuevo equipo de gobierno, lo mínimo que debía haber hecho era reunirse con las que han mostrado mayor indignación. Esto es, la asociación de ninfas del carnaval. Y al menos escuchar sus propuestas.

Ciertamente, ahora la mujer ocupa otros espacios en el carnaval. Impensable hace treinta y seis años que en las tablas del Falla se pudiera ver un coro o una comparsa femenina (que se lo digan a Adela del Moral). Cada día la mujer está más presente, tiene mayor protagonismo activo donde lo tiene que tener: en el concurso y en la calle. Por eso, la figura de la ninfa se ve como anacrónica. Conozco a antiguas ninfas de distintos carnavales. A ninguna de ellas las calificaría como "mujeres florero". Lo que sí es cierto es que los distintos concejales de fiestas han querido con el paso del tiempo convertirlas en eso, con mayor ahínco los dos últimos del PP. Desde el procedimiento de selección (hubo un tiempo en el que se les pedía que pusieran una mesa de comedor) hasta las tareas encomendadas (de un lado para otro como meras figuras decorativas) se establecen sobre la base desacertada de búsqueda de lo efímero. Por cierto, ¡la de babosos que han tenido que soportar por el mero hecho de ser mujeres, jóvenes y ninfas!

Una realidad, son muchas las jóvenes y pequeñas que esperan poder presentarse para su elección como ninfas del carnaval, teniendo en cuenta que en el caso de las infantiles se hace por sorteo. Y una pregunta ¿el camino iniciado por Podemos en Cádiz conllevará que los gobiernos municipales de Puerto Real, San Fernando o El Puerto de Santa María dejarán de elegir a las damas y reinas de sus respectivas fiestas, llámense coquineras, salineras, etc?

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