Coincido plenamente con la opinión de mi compañero Rafael Román
expresada en su particular "En román paladino". En esta ocasión sobre
el revuelo generado con los "twitts" de algunos concejales y
concejalas noveles.
"Toda la vida divirtiéndome disparando a todo lo que se movía
en Facebook, en Twitter y en lo que tocara y ahora ando borrando de día y
de noche todo lo que escribí ¡y todo por ser concejal!”. La broma de haber sido
elegido concejal a algunos le está resultando estos días insoportable. En
tiempos del franquismo la policía borró todos los ficheros que pudo por
los burdos procedimientos de la trituradora o la quema de papeles
aunque los maderos más agudos y aficionados a la historia supieron
ponerlos a buen recaudo. Si tenían corazón daban las fichas a los
opositores amigos. Otra parte se salvó en los archivos –entonces todos
nacionales, ninguno autonómico-.
El paroxismo inquisitorial que se ha desatado está dando la
impresión de que algunos quieren que se pregunte a miles de
concejales en que bando lucharon en la Guerra Civil. Dónde
estuvieron el 23 de febrero. ¿Con Tejero o con el Gobierno preso en el
Congreso? Habrá que saber que votaron en la Constitución. ¿A
favor, en contra o abstención? La verdad es que no habían nacido en
ninguna de estas fechas o estaban tomando biberón o pecho materno, según
los casos.
En un país que no ha preguntado nada durante tanto tiempo a nadie.
Ni los que construyeron como presos políticos el Canal del Bajo Guadalquivir o
el Valle de los Caídos le preguntaron a sus torturadores ¿de qué hablamos ahora
que ha llegado la democracia?”, resulta chocante los consejos de guerra
sobre los tweets de 140 caracteres en los que algunos han volcado comentarios
irreflexivos, ofensivos o vejatorios, y digámoslo claramente, absolutamente
estúpidos.
¿Cómo se borraba una vida? Hace años, escondiéndose, en
Andalucía tirándose al monte, escapando por Gibraltar o Tánger, no escribiendo
en periódicos y no dándose a conocer. ¿Cómo se borra ahora? Dándote de baja de
Instagram, Twiter, Linkedin, Facebook… Reclamando a Google el derecho al
olvido. Estamos en manos ajenas por culpa de las manos propias que previamente
volcaron la vida de cada uno en las redes sociales. Hagamos borrón y
cuenta nueva una vez más en nuestro país. Antes por la colaboración con la
represión, ahora por haber escrito sandeces vía Internet. Mañana ¡Hablaremos
del Gobierno!"
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