Loli y los pisos de Matadero

Dolores tomaba ayer la palabra en el pleno. Quería decirle cara a cara a la Alcaldesa como se encuentra, que le ocurre y saber si el gobierno municipal le va a dar una solución a su situación. Loli sabía que ayer la Alcaldesa no le contestaría. Ella no pedía dignidad para sí, sino para sus hijos. Para que puedan habitar en una vivienda digna, para que puedan estar tranquilos sin tener que ver a los roedores que se asoman a su puerta, que se pasean por su baño y por sus enseres.

Loli vive en una de las pequeñas casas que se encuentran escondidas en Avenida de Portugal 30. Un portal grandioso con una reja, con un pasillo, que oculta una realidad. Un grupo de pequeñas casitas, de once pequeñas fincas, algunas de 27 metros cuadrados, con once familias que viven entre humedades, ratas, babosas, techos quebrantados, fachadas en muy mal estado. Tres de estas familias de renta antigua, el resto abonan entre 352 y 537 euros. Increíble. Viven impotentes. No entienden, porque ellos cumplen con su obligación, la de pagar sus alquileres. Pero la propiedad no cumple con sus obligaciones y no hay quien esté dispuesto a que se le haga cumplir con el adecentamiento de las fincas. Si estas fachadas estuvieran a pie de calle, a la vista, el Ayuntamiento tendría que haber requerido al propietario para su adecentamiento. Pero.... ojos que no ven, corazón que no siente.

Dolores sabe que no puede salir de esta situación sin la opción de una vivienda protegida. Y por eso también, pidió explicaciones sobre las adjudicaciones de las viviendas del Matadero: "Si hay otros en peor situación que la mía, bajaré la cabeza y seguiré luchado, pero si no es así... tengo derecho a saber quienes son los adjudicatarios. Publiquen la lista", reclamó.