Hace un par de semanas,
los técnicos y responsables del Fondo Monetario Internacional,
calculadora en mano, reconocieron que los recortes y la austeridad
aplicada en Grecia, no han servido para nada. Esto es, para aquello
que se empeñan los neoliberales en hacernos creer -bueno, a mí
no-, que los paises deben “sanear” su economía, mermando
su gasto público, sobre todo el gasto destinado a aquellos
servicios que permiten que todos y todas tengamos derecho a aquellos
que debemos tener derecho en nuestro sistema democrático: al
Estado del Bienestar. Lo importante es que el sistema financiero
sobreviva, aguante e incluso siga creciendo. Asi el voraz sistema
neoliberal y con él, el feroz capitalismo, seguirá a
sus anchas, mientras los ciudadanos las pasan canutas, estrechando cada
vez más su ya mermado cinturón.
Así, Europa,
aquellos que se encuentran “tan lejos” pero que deciden sobre
nuestra cotidianidad, sobre aquello que nos hace ser más
iguales sin diferencias sociales, decide que nuestro país debe
aplicar recortes, todo por el bien de la “Unión”. Y con
este “marchando”, el gobierno central, que no Europa, decide que
aquellos son nuestra única salvación. Y decide
igualmente plasmarlos en sanidad, en educación, en dependencia
y en empleo.
Y en esta última
materia me quiero detener. Porque si recortas en sanidad, recortas en
empleo, y si lo haces en educación, recortas en empleo, y si
el sistema de dependencia desaparece, también lo harán
los miles de empleos que ha generado la Ley de Dependencia. Pero es
que el Partido Popular no ha tenido pudor alguno en tomar cada una de
esas medidas, sabiendo no que la plasmación de su neoliberal
ideología supondría incrementar las cifras de desempleo
en nuestro país.
Año y medio
después de la implantación de estas medidas, son seis
millones de desempleados. Y es cierto, que dar con la tecla es
complicado. Pero ya está más que demostrado en los
cinturones o en las espaldas de los pacientes ciudadanos, que esa
tecla no sirve. Que recortar no conduce a nada. A incrementar nuestro
déficit público como ya público Eurostat el
pasado mes de abril.
Por eso, habrá que
cambiar la fórmula mágica. Y probando esta nueva pócima
abandera la iniciativa la Junta de Andalucía, aplicando
políticas de incentivación. Así, el Decreto de
medidas extraordinarias y urgentes para la lucha contra la exclusión
social. Con el Plan extraordinario de acción social de
Andalucía, que, entre otras medidas, incentivará a los
Ayuntamientos en la contratación de desempleados o financiará
más aún la Ayuda a Domicilio. Todo ello sin excluir a
municipio alguno. Hecho que me congratula, no sólo porque los
mayores de Cádiz podrán seguir siendo atendidos, sino
porque aquellos empleos que estaban en la cuerda floja en este
sector, por la merma de las transferencias del gobierno central a la
Junta de Andalucía, se podrán mantener. También
en Cádiz.
Igualmente en este plan
de incentivación se sitúa el Decreto de la Junta de
Andalucía de empleabilidad, que establece varios programas con
la base fundamental de la estimulación del mercado de trabajo.
Regula, entre otros, el Bono de Empleo Joven, que supondrá
para aquellas empresas que contraten a menores de 35 años, una
ayuda de cuatrocientos euros mensuales. O el programa de apoyo y
fomento del trabajo autónomo, que incentivará la
creación y la consodicación de empresas, entre otras
cuestiones. O medidas para el fomento de las personas emprendedoras,
con los desempleados mayores de 45 años como colectivo
preferente. Muy bien diseñado, excepto en aquello de las zonas
de especial atención, con un descuido imperdonable, salvo que
el gobierno autonómico esté decidido a solventarlo. Y
es la conformación de desempleados de primera y de segunda
categoría, todo ello, bajo la premisa de la menor actividad
económica/laboral del municipio en el que residan. Por eso, no
se entiende que una ciudad como Cádiz con 18.000 desempleados
en su “haber” y poquisima actividad económica, prueba de
ello es el “muerto” del Recinto Exterior de la Zona Franca, no
haya sido incluido como localidad preferente. Esto merma las
oportunidades de los desempleados gaditanos, supone también el
menor atractivo que nuestra ciudad podría tener en la
constitución y consolidación empresarial. Siempre la
misma pescadilla, que siempre se muerde la misma cola. Ineptitud,
inactividad, omisión, inacción. No sé, pero sí
sé que deberíamos reclamar desde nuestras filas, las
socialistas, que se rectifique inmediatamente el Decreto. Y por
supuesto, que de una vez por todas, el gobierno municipal aporte su
granito de arena, incorporando en la gestión municipal el plan
de creación y consolidación de empresas que los
socialistas presentamos en nuestro programa electoral de 2011. Porque
“nunca es tarde si la dicha es buena”.
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