El Tribunal Superior de Justicia ha resuelto el recurso declarando nuevamente mi despido improcedente. Estoy contenta. Me dan la razón. Pedí la improcedencia o la nulidad de mi despido y se confirma nuevamente que no hubo causa para despedirme de ISE Andalucía.
La "bofetada" para los gestores de ISE Andalucía ha sido gorda. Aqui pueden leer la sentencia. Nuevamente tendrán que decidir si me readmiten o me indemnizan. Me aventuro a decir que harán esto último: "pagamos todos, que más da", pensarán. Cambiaría la situación si la cantidad saliera del bolsillo de alguno o alguna (léase ex Consejero, ex Director General o ex Gerente). Por cierto, de nada sirvió el informe que la ex Gerente firmó nueve días antes del juicio oral para intentar acreditar que no cumplía con mis funciones. Falso. Las mentiras tienen las patas muy cortas. Y podría rebatir cada uno de las afirmaciones que se escribieron, pero para qué. A mi el tiempo me ha dado la razón y a otras el tiempo las ha puesto en su lugar, eso sí, sin haber demostrado en un proceso público de selección ni mérito ni capacidad. Aquí tienen el informe.
A estas alturas, todo el mundo sabe ya
que la venganza se sirvió en plato frío, aunque ese plato llevara
aparejada que la administración andaluza, mejor dicho, los compañeros y
compañeras socialistas utilizaran la reforma laboral del PP para
despedirme. Así que cuando mis
"compis" manifiesten las maldades de esa reforma, y lo
endemoniados que son los del PP en esta cuestión -que lo son-, espero que
se acuerden de que no tuvieron problema alguno en aplicármela y utilizarla
para desprestigiarme publicamente. Pero como bien me dijo mi compañero José Luís Blanco, en aquel momento se unieron mis adversarios políticos con mis enemigos en la empresa. Prueba de ello pudiera ser, lo que ocurrió meses antes de mi despido reflejado en este escrito.
Y ahora qué. Sigo peleando. Que a nadie le quepa la más mínima duda. No me conformo. He presentado recurso de casación ante el Tribunal Supremo pidiendo la nulidad del despido. Podría aceptar la decisión del Tribunal Superior de Justicia, pero no. Primero, porque no me da la gana. Segundo, porque me parece injusto que de los presupuestos autonómicos salga la cantidad que tienen que abonarme. Y en tercer lugar, porque me sigue pareciendo una sentencia muy peligrosa para quienes ejercen la política compatibilizando un cargo público electo con su actividad profesional. No volvería a esa oficina ni muerta, la verdad. Pero, a veces la vida te pone piedras en el camino y tienes que decidir si seguir luchando y eso hago. Por mi dignidad que aún no ha sido restituida y también para que nadie se atreva nuevamente a jugar con la vida profesional de un adversario político.
Enhorabuena!!
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