Hoy se me ha congelado la sangre. He visto en la Plaza Candelaria como una mujer utilizaba la punta de una rama para pegar a su hijo pequeño, ante el alegato de que era muy caprichoso. Le he exigido que soltara la rama y que no lo hiciera mas, que no maltratara más a su hijo, porque así no aprendería. El niño lloraba desconsoladamente. Y con el cuerpo cortado, he recordado la noticia que leí hace un mes. "La ONU alerta de que uno de cada cuatro niños españoles vive en una familia sin recursos" http://www.lavozdegalicia.es/noticia/economia/2012/07/30/onu-acusa-rajoy-llevar-pobreza-218-espanolesjuncker-anuncia-bce-eurogrupo-actuaran-juntos-salvar-espana-italia/0003_201207G30P18991.htm. La crisis se ceba con los más pequeños y el gobierno de nuestro país no hace nada, ni por salvar esta situación que afecta a mayores y niños/as, pero más aun con estos últimos. Todo lo contrario ha hecho el gobierno andaluz, reconociendo este problema y poniendo sobre la mesa el Decreto de Exclusión Social, con iniciativas especialmente volcadas en la atención de los menores.
No conozco las cifras. No las he buscado. Estoy convencida que las habrá. Porque la crisis afectará a la generación futura de nuestro país en el desarrollo de su personalidad, en su atención primaria, en su malnutrición y en su estado psicológico y físico. Cruda realidad, a la que hay que poner remedio. Por ellos y ellas y por nuestro futuro.
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