Entre lo malo y lo peor

Esa es la tesitura en la que se encuentra mi partido. Elegir entre lo malo (Podemos) y lo peor (PP). Y mientras se decide qué hacer con el "estado de sitio" planteado, resulta que los militantes socialistas no paramos de recibir envites del candidato de Podemos. Mientras en Madrid se modera el lenguaje, aquí se endurece. Más ofensas, más desprecio. A este paso, el comportamiento de Kichi en nada se diferenciará del que Teófila tuvo en el gobierno de nuestra ciudad. El reconocimiento y respeto a las demás fuerzas políticas y a sus representantes es pieza fundamental para la supervivencia de nuestro sistema democrático. Esto lo debería saber bien el "futuro Alcalde". 

Casta, apesebrados, corruptos, estómagos agradecidos, falsa izquierda... perlas todas dirigidas a quienes militamos en el partido socialista. Tras el resultado electoral, otra más, esta vez dirigida a quienes estuvimos en las distintas corporaciones municipales, luchando contra el Partido Popular, denunciando el desmán, el despilfarro, las políticas rancias del gobierno municipal. "Llegamos la gente normal al Ayuntamiento", dijo la noche electoral. Pero ¿esto qué es? Los hijos y las hijas de obreros y trabajadores ya estábamos ahí, y siguen estando con cada uno de los concejales y concejalas socialistas que ocuparán la bancada a partir de ahora. 

Parece que ante todo esto, los militantes socialistas tuviéramos que estar condenados al silencio. Todo por el pacto, que no todo por la pasta, que para algunos también. Pero hoy leo que parte de la ejecutiva local del PSOE de Cádiz -que por fin se reunió ayer- se mostró indignada con las manifestaciones de Kichi. ¿Parte de la ejecutiva? A mi me indignan las ofensas y también el silencio mantenido en estos días desde nuestras filas. Sinceramente lo expreso aquí. Porque habría que recordarle al "futuro Alcalde", no sólo que lo podrá ser con los votos del PSOE, sino que gracias a la lucha y al compromiso social de los socialistas, los hijos e hijas de los obreros -entre los que está él-pudieron tener en este país las mismas oportunidades. Ni más ni menos. Y habrá que recordarle, que muchos de nuestros compañeros y compañeras tuvieron la valentía de pagar con sus vidas por sus ideales, luchando frente al fascismo. Y que mientras nosotros, llamábamos a la movilización en cada una de las citas electorales, poniendo el acento en lo importante que era y es que la ciudadanía decida por sí misma, él, seguramente, llamaba a la desmovilización, condenando a esta ciudad a cuatro años más años de gobierno del Partido Popular.  

Así que más vale que se centre, que se modere, porque si finalmente los socialistas elegimos "malo", tendrá un trabajo duro por delante y para eso también nos necesita.  

Tras las municipales, del acuerdo al compromiso por Luís Ben

Las elecciones del pasado domingo han dejado en la ciudad de Cádiz un panorama político que se caracteriza tanto por la pérdida de la mayoría absoluta del partido gobernante los últimos veinte años como por la fragmentación de la izquierda en tres fuerzas políticas. Además, esta última ha conseguido la mayoría de los concejales que formarán el pleno municipal y tienen una posibilidad real de formar un gobierno municipal de izquierdas.

El principal problema para esta alianza de gobierno reside, probablemente, en las diferentes culturas políticas de las tres fuerzas. El Partido Socialista es, en este momento, una fuerza intensamente institucionalizada y uno de sus problemas es ese exceso de institucionalidad que le ha hecho alejarse de la ciudadanía común y sus problemas diarios. Podemos, por su parte, se enraíza en una tradición asamblearia y de reivindicación permanente. La tercera fuerza en liza es Ganemos, fruto -en su versión local- del trabajo de sectores asociativos y de Izquierda Unida y Equo, en la que confluyen ambas tradiciones tanto de activismo como de cierta institucionalidad.

Tras el resultado, todo el mundo se ha lanzado a hablar; más bien a especular en torno a pactos y a condiciones para los mismos. Líneas rojas, compensaciones, intercambio de cromos, pagar errores pasados, purgar pecados, unidad popular, frentismo, concesiones previas, etc. Son parte de todo un listado de expresiones y términos que se han instalado en los mensajes que se intercambian los partidos, sus líderes y portavoces. Personalmente, pocas ganas observo de pactar y sí muchas de encajar a las otras fuerzas posibles fracasos o, también se percibe, el deseo de poner a las otras fuerzas entre la espada y la pared; o yo o los brazos de la derecha. Vamos sin duda hacia un pacto a desgana en el mejor de los casos.

Tirando del sentido común, el primer paso sería colocar sobre la mesa un acuerdo sencillo de cumplir, que sea fedatario de la buena voluntad de las partes y que facilite el primer paso: la formación de un gobierno municipal de izquierdas aunque fuera sólo de una o dos de las fuerzas implicadas. Un acuerdo que incluya algunas medidas elementales, con escasa carga económica para la ciudad y que contribuya a dar transparencia a la vida municipal, que fomente el pluralismo político y la participación ciudadana. Un pacto que refuerce la transparencia como mejor y más eficaz medida para luchar contra la corrupción.

Unas probables medidas, en este perfil señalado y a modo de ejemplo, podrían girar en torno a la regulación de los plenos. El simple hecho de que el pleno municipal esté presidido por un concejal distinto a la persona del alcalde o alcaldesa es una medida sencilla y de higiene democrática básica. Hay precedentes; Odón Elorza, el alcalde socialista de San Sebastián durante algunos años, lo practicó. Obviamente hablamos de un concejal o concejala elegido por consenso entre todos los grupos o al menos la mayoría de ellos. Este sencillo gesto transformaría el pleno en la asamblea política representativa de la ciudad y configuraría un espacio de debate político más imparcial.

Igualmente se podrían emprender algunas reformas del reglamento orgánico municipal de algo más de calado como por ejemplo el concejal 28, una propuesta ya antigua pero no desfasada de los socialistas gaditanos y que haría bien el futuro grupo municipal socialista en poner sobre la mesa de Podemos y Ganemos. Se trata de regular y ordenar la capacidad de que ciudadanos y colectivos presenten propuestas al pleno municipal y luego puedan defenderlas y discutirlas con los concejales electos.

Otras reformas tan simples como que siempre cierre el turno de palabra el concejal o grupo proponente contribuirían a dar equilibrio al debate político en el seno del pleno municipal.

De la misma manera, urge un acuerdo común de los tres grupos en el sentido de comprometerse a regular los presupuestos participativos en un plazo concreto y breve. Este procedimiento que da voz y capacidad de decisión a la ciudadanía en la elaboración presupuestaria no es una novedad, a modo de ejemplo el ayuntamiento socialista de Albacete lo puso en marcha ya en el año 2000 y posteriormente numerosos ayuntamientos de la izquierda los han implementado desde entonces. Los presupuestos participativos son un punto de acuerdo al que nadie desde la izquierda se puede negar, el Partido Socialista aportaría su experiencia al igual que IU desde Ganemos, Podemos tendría que asumir la acción de gobierno lógicamente.

Se trata, pues, de avanzar hacia un pacto más estable, hacia el compromiso real entre todos para un gobierno municipal estable y eficaz de nuestra ciudad mediante unos acuerdos mínimos y compartidos de antemano. Juan Carlos Monedero escribió que "en una sociedad desbordada tecnológicamente y saturada audiovisualmente, la necesidad de recuperar el habla como arma de transformación se convierte en una urgencia". Y ya es hora de que los líderes de las izquierdas gaditanas empiecen a hablar realmente y se dejen de declaraciones y mensajes mediante redes y medios. Es la hora de la palabra cara a cara y a poder ser sobre propuestas sencillas, realistas y transparentes como las aquí expuestas. A partir de ahí se debería construir ese plan económico, social y territorial que Cádiz necesita. Estoy seguro de que el PSOE gaditano firmaría esta sencillas propuestas para que la izquierda de nuestra ciudad no vea frustrada la mayoría plural que dibujó en las urnas el pasado domingo 24.

Y Cádiz amaneció de izquierdas

El resultado más soñado llegó el domingo. En forma de democracia vistió a Cádiz de izquierdas. Cádiz decidió desechar el azul y cambiarlo por el morado, por el rojo, por el verde, por la infinita gama de colores que representa la izquierda plural de nuestro país.

Los analistas más habidos en esta cuestión avanzan un nuevo tiempo. El tiempo de las minorías que gobiernan por y para todos. El tiempo del consenso, del acuerdo. Difícilmente el PP podrá adaptar las formas para aparentar lo que no es. Por eso Teofila Martínez tras conocer los resultados, en su dualidad de vencedora y derrotada, sólo supo llamar a la responsabilidad de dejar gobernar a la lista más votada. Ni una llamada al diálogo. Al nos une Cádiz.

Sin lugar a dudas, Por Cádiz si se puede pasará a la historia de nuestra ciudad. Por el tiempo récord que empleó en levantar a las masas generando ilusión. Despertó a la ciudad que dormía y a la que las otras fuerzas políticas no fueron capaces de llegar.

Así que toca componer el bendito puzzle con una Corporación tan plural como la de antaño. Y ahí jugará un papel fundamental mi partido. Parece que el destino hubiera puesto como un órdago en la mesa el eslogan socialista de campaña: “gobernar para la mayoría”. Para cuál de ellas, son los mensajes que inundan las redes sociales. La de derechas o la de izquierdas. Yo lo tengo claro. Somos de izquierdas. Así lo creo y lo practico. Pero, menudo papelón sobre la mesa. Y no me refiero al de elegir, sino al de haber quedado tercera fuerza política en la ciudad. Tras los resultados electorales, cuando escuchaba a Pedro Sánchez decir: “somos la alternativa”, miré España, miré Andalucía y miré Cádiz. Y que quieren que les diga. Me inundó el sentimiento confrontado de la alegría por la pérdida de la mayoría absoluta del PP y la tristeza por no ser esa alternativa “sensata” en la ciudad.

10, 8, 5, 2 y 2. ¡Uy! Para mí, complicado y sencillo a la vez. La mayoría plural frente a la minoría mayoritaria. No hay que tener vértigo alguno en esta decisión y pensar exclusivamente en Cádiz. Nada más. Ni sillones, ni posiciones internas de partido. Ni vale un "necesito el visto bueno de losada arriba". 

Se presentan por delante cuatro años decisivos para la ciudad y para cada uno de los partidos que obtuvieron representación. La ilusión está puesta en ellos. Defraudar no estará permitido. Más, para los socialistas, que de no acertar en la decisión, tras la derrota, podríamos ir camino de la irrelevancia en la ciudad de Cádiz.

Día de la familia feliz

Así llegaba esta mañana mi hija Erytheia. Anunciaba ella que era el día de la familia feliz. 15 M es el Día Mundial de la Familia. De todas y cada una de ellas en su inmensa diversidad sin exclusiones y sin estereotipos.
Feliz día de la Familia Feliz.

15 M: de indignados a diputados

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Así titula hoy el periódico El Mundo un artículo sobre el cuarto aniversario del 15 M. Aquellos y aquellas que aquel día de 2011 gritaban bajo la consigna de "no, no nos representan", hoy militan en una formación política o forman parte de agrupaciones de electores y concurrirán a las próximas elecciones municipales. 

De todo movimiento se extraen consecuencias positivas y negativas. De las primeras, indudablemente, el revulsivo que ha supuesto para nuestro país, y más concretamente para nuestra ciudad, que la ciudadanía haya sabido canalizar su indignación. La creación de nuevas formaciones políticas ha sido una de ellas, pero también que a los dirigentes de las ya existentes les "tiemblen las canillas", se tienten las ropas y perciban en sus cogotes el aliento de a quienes llamaban de forma jocosa "perroflautas" (calificativo utilizado por un candidato actual). Las negativas, que aquel grito incentivó la desafección de los votantes, la concepción de que quienes formábamos parte de la instituciones no representábamos la democracia, la real, la verdadera. Un insulto para quienes se acercaron a las urnas. Dio igual que la canalización en aquel momento de la indignación no fuera a través del voto aquel 22 M y que ello supusiera que perdiéramos cuatro años. Quizás porque alguno de los candidatos actuales prefirió pasar el día en la playa. 

Hoy, algunos de aquellos y aquellas se sientan en los parlamentos. Hoy, otros y otras forman parte de listas electorales y se sentarán en las instituciones que despreciaron. Hoy, aquellos y aquellas pedirán el voto con la mayor de las legitimidades de la democracia que para ellos y ellas no era real. Y es que aquella se sustenta sobre un principio fundamental: el pluralismo político. Esencial éste para el entendimiento y para nuestro crecimiento como sociedad.  

Regeneración democrática

Increíble la afirmación efectuada por el líder de Ciudadanos: "la regeneración democrática sólo podrá venir de la mano de quienes nacieron en democracia". Menuda insensatez. Un partido que piensa en todos, no puede excluir a una buena parte de la población. De igual modo, cuando Rivera dijo lo que dijo no estaba pensando en sus candidatos y candidatas, la mayoría de ellos y ellas nacidas con anterioridad a la aprobación de la Constitución. 

Parece que se ha puesto de moda esto de tirar por la borda a todo aquel o aquella que tenga una cierta edad. Rivera ha sido franco y ha hecho público lo que pensaba. Pero ésta es una idea extendida en otros partidos, aunque sus dirigentes no lo digan. Y es que se presentan como adalides del cambio o recambio quienes, a pesar de su juventud, vienen viviendo de la política desde la adolescencia.

1 de mayo

Viñeta reivindicativa de Forges. ¡Que mejor frase para un día como el de hoy! Cinco millones de personas siguen esperando, anhelando su oportunidad. Mientras tanto esta mañana manifestaciones en todas las ciudades. Hoy un este artículo en el Diario de Cádiz recordaba la primera manifestación en nuestra ciudad. Los socialistas entre los impulsores de la misma. Una pena que 125 años después algunos socialistas se dediquen a recortar los derechos de los trabajadores y trabajadoras aplicando la reforma laboral del PP, mientras otros miran para otro lado y consienten desde altas instancias ese comportamiento. Los mismos que se ponen tras la pancarta en la manifestación de hoy. Ya nada es lo que era.