Las imágenes hablan por sí solas. Vergonzosa fue la actitud que mantuvieron ayer los representantes de los grupos políticos del Ayuntamiento, especialmente los del Partido Popular. Lo vivido fue de adolescentes en plena pubertad. El alumnado de secundaria se comporta mejor y ahora nuevamente puedo dar fe de ello.
Fuera aparte de las miserias propias de negociar el documento de los presupuestos, se notó perfectamente la connivencia para la puesta en escena. Las llamadas previas se produjeron con absoluta seguridad, o eso me pareció. El nerviosismo en la cara de alguno lo denotó -y conozco a algunos bastante bien-. Las excusas pueriles del Portavoz de Ciudadanos para justificar la tardanza, no parecieron dejar lugar a dudas.
Ignacio Romaní, ridículo. José Blas Fernández simplemente ruin, una actitud propia de él -políticamente hablando, claro está-. "Esto es de un sectarismo poco dado", ha dicho. ¿Perdón? ¿Cómo se atreve a decir eso tal y como ha tratado en veinte años a la oposición socialista? Después de no haber realizado ni una reunión con ella, de haber rechazado todo lo que propusimos a los presupuestos, a las ordenanzas fiscales, a las cuentas generales, etc, etc, etc. Es el especialista del PP en confundir, tergiversar, enredar, engañar. Tela el 'muchachito'.
Y a todo esto, ¿desde cuando hay tan buen rollo entre los dirigentes de mi partido y los concejales del Partido Popular? Atónita me quedé ayer, y no habré sido la única. ¡Con razón reprocha el alcalde los cafés entre los portavoces de los dos principales partidos de la oposición! Se ve que algunos tienen memoria de pez o será que en los últimos tres años de la anterior legislatura las visitas a los despachos de los concejales populares fueron más asiduas de lo que creíamos.
Un ruego, sólo un ruego haré como militante socialista a mis compañeros de bancada: recuperen la memoria y entiendan de una vez por todas que el adversario político es el Partido Popular, seguir errando en el tiro nos puede salir aún más caro como organización política. Una reflexión que se debería haber hecho ya tras los últimos resultados electorales. Que se dejen ya de tanto teatro que no está el panorama para tanta escena tragicómica. La ciudadanía no nos perdonará tanta pantomima. Tampoco nos perdonará el voto en contra a estos presupuestos, sobre todo si se justifica con argumentos tan banales. O es que acaso, todos los ingresos de un presupuesto no son ficticios?
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