En la cuestiones de "Iglesia-Estado" cada día comprendo menos a Podemos. Me refiero a los concejales y concejalas de Cádiz de esta formación política. Parte del Equipo de Gobierno se ha mantenido firme en sus "convicciones", así Eva Tubío y Martín Vila advirtieron una semana que no irían al acto del voto a la Patrona, aunque pudiera ser visto como una tradición o costumbre gaditana.
Lo del alcalde incomprensible. Hace unos meses acudió a la imposición de la medalla del Nazareno, en aquel momento con la excusa de que muchos de sus votantes lo llevan tatuado en el pecho. Habrá hecho una consulta entre ellos y éstos le habrán dicho que ni en el pensamiento tienen tatuarse a la Virgen del Rosario. O será que la madre del alcalde no ha presionado lo suficiente para que su hijo vaya en esta ocasión a prestar el voto de la ciudad a su patrona. Total, que si sí que si no, que no se aclara. Se ve que los asesores del gabinete de alcaldía no se deben conocer las tradiciones religiosas de la ciudad con la profundidad necesaria.
Comprendo que al alcalde le de corte eso de hacer la 'parlanchina' retórica que efectuaba la anterior alcaldesa, pero había soluciones intermedias para no defraudar en el día de ayer. En vez de mandar a Adrián Martínez de Pinillos a impostar un discurso más propio de mitín, podría haber acudido y haber encargado la renovación del voto a la Patrona a algún destacado representante de la sociedad gaditana. Esto, ni más ni menos, es lo que hacía el alcalde socialista Carlos Díaz. Sólo tenía que haber preguntado a los funcionarios o funcionarias con más veteranía de la Casa Consistorial para encontrar esa solución.
Por cierto, cuanto menos curioso que Teófila Martínez no quisiera acompañar el cortejo del Ayuntamiento. Habría tenido que ocupar espacio junto al concejal del gobierno municipal. ¿Qué hará el próximo año si no repite en la lista al Congreso y mantiene su acta de concejala?
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