Hace un par de semanas, dirigentes de algunas asociaciones de vecinos y vecinas clamaron pidiendo al alcalde que les atendiera. Querían poner sobre la mesa, en una reunión, todas sus necesidades y reivindicaciones. Entre ellas, las subvenciones necesarias para mantener su actividad. Raudo y veloz salió el alcalde para manifestar que el gobierno municipal tenía la intención de cambiar el modelo de participación en los barrios. Y que para hablar de ésto y de cualquier otra cuestión los citaba para el pasado lunes.
Ese día el Salón de Plenos se llenó. Ciertamente, por primera vez. Jamás el Partido Popular hizo una reunión conjunta en el que cupieran todas y cada una de las asociaciones de la ciudad, todo porque el anterior gobierno municipal funcionaba con el "divide y vencerás". Todo ello en 'petit comité'.
Lógicamente los dirigentes vecinales que salieron públicamente pusieron la voz de alarma ante la posibilidad de que el actual equipo de gobierno pudiera establecer "comisarios políticos" en sus barrios. No me extraña. Una fórmula que ya experimentaron con los voluntarios de barrios puestos por el Partido Popular. Pero lo que más he llamado la atención en toda esta "bronca", si se puede llamar así, es que el alcalde pueda faltar el respeto a los dirigentes vecinales de ese modo. ¿Cómo se ha atrevido a desprestigiar la legítima reivindicación de cada uno de ellos y ellas por el hecho de haber formado parte de las listas electorales socialistas o por sus lazos familiares con algunos exconcejales socialistas? Quizás entiende Kichi que ¿la afiliación política le impide a alguien ser elegido por sus vecinos para representarlos? Mal va el alcalde. Porque claro, uno no puede tener la conciencia social tan mermada. Sepa el alcalde que el PSOE siempre estuvo en la calle, y una de las mejores formas ha sido y será luchando por los problemas en los barrios. Al pie del cañón que se llama. En muchos casos, una actividad que han realizado con mucho sacrificio desde el plano más personal y desprestigiados por el Partido Popular.
Por eso, lo que más he echado de menos en esta semana y media, ha sido la ausencia de defensa de mi secretario general. La defensa de quienes militan en mi partido, en el Partido Socialista y también defienden desde la legitimidad que dan las urnas a sus vecinos y vecinas. Un silencio el suyo que le ha podido hacer "cómplice" de los rumores surgidos en la ciudad.
Ese día el Salón de Plenos se llenó. Ciertamente, por primera vez. Jamás el Partido Popular hizo una reunión conjunta en el que cupieran todas y cada una de las asociaciones de la ciudad, todo porque el anterior gobierno municipal funcionaba con el "divide y vencerás". Todo ello en 'petit comité'.
Lógicamente los dirigentes vecinales que salieron públicamente pusieron la voz de alarma ante la posibilidad de que el actual equipo de gobierno pudiera establecer "comisarios políticos" en sus barrios. No me extraña. Una fórmula que ya experimentaron con los voluntarios de barrios puestos por el Partido Popular. Pero lo que más he llamado la atención en toda esta "bronca", si se puede llamar así, es que el alcalde pueda faltar el respeto a los dirigentes vecinales de ese modo. ¿Cómo se ha atrevido a desprestigiar la legítima reivindicación de cada uno de ellos y ellas por el hecho de haber formado parte de las listas electorales socialistas o por sus lazos familiares con algunos exconcejales socialistas? Quizás entiende Kichi que ¿la afiliación política le impide a alguien ser elegido por sus vecinos para representarlos? Mal va el alcalde. Porque claro, uno no puede tener la conciencia social tan mermada. Sepa el alcalde que el PSOE siempre estuvo en la calle, y una de las mejores formas ha sido y será luchando por los problemas en los barrios. Al pie del cañón que se llama. En muchos casos, una actividad que han realizado con mucho sacrificio desde el plano más personal y desprestigiados por el Partido Popular.
Por eso, lo que más he echado de menos en esta semana y media, ha sido la ausencia de defensa de mi secretario general. La defensa de quienes militan en mi partido, en el Partido Socialista y también defienden desde la legitimidad que dan las urnas a sus vecinos y vecinas. Un silencio el suyo que le ha podido hacer "cómplice" de los rumores surgidos en la ciudad.
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