No me he resistido a ver el pleno ordinario del pasado mes de agosto. Aunque prometí no verlo. Pero tras las numerosas polémicas que se produjeron en él, difícil no hacerlo.
Sorprendida estoy con el lío de las enmiendas. Que si de sustitución. Que si de adición. Por favor, que alguien le diga a Ignacio Romaní que no son de "adicción". Ahora con tanto propongo, enmiendo, sustituyo lo tuyo para quedarme con mi iniciativa, ¡menuda tarea tiene el Secretario General del Ayuntamiento! A este paso tendrán que hacerlo "hijo adoptivo" de la ciudad.
Hasta la anterior legislatura todo era mero trámite, aunque desde la oposición nos esforzáramos en hacer valer nuestras opiniones en el debate plenario. Los grupos de la oposición proponían y el gobierno municipal presentaba enmienda de sustitución que salía adelante con los votos del Partido Popular. Posteriormente, se debatía el punto para lucimiento de los grupos políticos, pero con la certeza de saber que aprobada una enmienda de sustitución, jamás el punto saldría adelante.
Ahora se ha de buscar, al menos, la mayoría simple para que salga adelante cualquier propuesta o para enmendarla. Se cuentan los "síes" y los "noes". Por eso, la abstención del grupo socialista tiene tanto peso. Y parece que esto no se controló en el primer pleno. Sino no se entiende lo ocurrido con la propuesta socialista sobre el plan de empleo. Desconcierto en la votación. El PP presentó una enmienda de sustitución y el grupo socialista votó favorablemente. Según expresó el portavoz por error al entender que la enmienda era de adición y no de sustitución. Bastaría con haber leído el documento presentado por el PP. Posteriormente, la propuesta socialista consiguió el mismo número de votos favorables. Diecisiete a diecisiete. Y ahí se ha quedado la cosa, con el grupo popular solicitando un informe jurídico para saber qué encomienda tendrá el gobierno municipal por decisión plenaria, si lo previsto en la enmienda de sustitución del PP o la propuesta socialista enmendada por el gobierno municipal.
Por eso, ahora más que nunca hay que tener mucho cuidado y atención en el desarrollo del pleno. No puede haber despiste en el orden del día que se debate ni en el número de concejales y concejalas presentes en el momento de las votaciones. Lo contrario nos llevará al batiburrillo continuado con la responsabilidad sobre los hombros del voto del grupo socialista.
Sorprendida estoy con el lío de las enmiendas. Que si de sustitución. Que si de adición. Por favor, que alguien le diga a Ignacio Romaní que no son de "adicción". Ahora con tanto propongo, enmiendo, sustituyo lo tuyo para quedarme con mi iniciativa, ¡menuda tarea tiene el Secretario General del Ayuntamiento! A este paso tendrán que hacerlo "hijo adoptivo" de la ciudad.
Hasta la anterior legislatura todo era mero trámite, aunque desde la oposición nos esforzáramos en hacer valer nuestras opiniones en el debate plenario. Los grupos de la oposición proponían y el gobierno municipal presentaba enmienda de sustitución que salía adelante con los votos del Partido Popular. Posteriormente, se debatía el punto para lucimiento de los grupos políticos, pero con la certeza de saber que aprobada una enmienda de sustitución, jamás el punto saldría adelante.
Ahora se ha de buscar, al menos, la mayoría simple para que salga adelante cualquier propuesta o para enmendarla. Se cuentan los "síes" y los "noes". Por eso, la abstención del grupo socialista tiene tanto peso. Y parece que esto no se controló en el primer pleno. Sino no se entiende lo ocurrido con la propuesta socialista sobre el plan de empleo. Desconcierto en la votación. El PP presentó una enmienda de sustitución y el grupo socialista votó favorablemente. Según expresó el portavoz por error al entender que la enmienda era de adición y no de sustitución. Bastaría con haber leído el documento presentado por el PP. Posteriormente, la propuesta socialista consiguió el mismo número de votos favorables. Diecisiete a diecisiete. Y ahí se ha quedado la cosa, con el grupo popular solicitando un informe jurídico para saber qué encomienda tendrá el gobierno municipal por decisión plenaria, si lo previsto en la enmienda de sustitución del PP o la propuesta socialista enmendada por el gobierno municipal.
Por eso, ahora más que nunca hay que tener mucho cuidado y atención en el desarrollo del pleno. No puede haber despiste en el orden del día que se debate ni en el número de concejales y concejalas presentes en el momento de las votaciones. Lo contrario nos llevará al batiburrillo continuado con la responsabilidad sobre los hombros del voto del grupo socialista.
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