lunes, 13 de octubre de 2014

Ébola

El otro día un compañero del instituto me preguntaba si había sido un error traer a los dos misioneros fallecidos por el ébola. No creo que esa respuesta sea esencial para comprender que el peligro estaba ahí. Entrara por donde entrara. Con independencia de la "nefasta" gestión de la crisis que ha hecho el gobierno central. Ni que decir de la insultante intervención del Consejero de Sanidad del gobierno de la Comunidad de Madrid. Ni que la auxiliar de clínica llamara al centro de prevención del Servicio de Salud Madrileño ante los primeros síntomas y no se tomara medida alguna. Medidas de prevención y protección que fallaron.
 
Hoy la rueda de prensa para informar del seguimiento de la situación corría a cargo del Catedrático de Medicina Preventiva de la UAM, Rodríguez Artalejo. Por fin el gobierno se pone en manos de los expertos, pero también utiliza a éstos para poner la cara, una técnica muy usada por el Partido Popular.
 
Una semana después de conocerse el primer contagio en nuestro país, lo que parece claro es que aún seguimos pensando sólo en nuestro "pequeño mundo", sin importanos qué pasa más allá de nuestra fronteras. Claro está de aquellas que existen, las que nos separan del llamado tercer mundo. Fronteras también de la solidaridad que nos separan. Ejemplo de ello nos ha dado la hermana Paciencia, abandonada a su suerte cuando se infectó junto a Miguel Pajares. Ahora su sangre es la solución más demandada.

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