Muchas veces me pregunto si alguna vez tocará techo la hipocresía que se observa en las políticas de igualdad del gobierno municipal. El pasado martes, Teófila Martínez inauguró la nueva sala de lactancia instalada en el Centro Integral de la Mujer, en la plaza del Palillero. Es cuanto menos curioso observar como la Alcaldesa se jacta de mostrar a las gaditanas cómo apuesta por la igualdad de derechos entre géneros, instaurando una sala de lactancia en un centro que aún no tiene determinado su finalidad ni su gestión, y esto lo digo porque año tras año el Consejo de la Mujer de Cádiz se reúne dos veces, entorno al 25 de noviembre y al 8 de marzo, eso sí, fechas claves para nosotras, pero las mujeres en Cádiz necesitamos más cosas, arreglar más situaciones, ademas de el lugar en el que alimentar a nuestros hijos e hijas. Parece que la Alcaldesa entiende que las políticas de igualdad son únicamente las destinadas a facilitar a las mujeres la alimentación, higiene y cuidados de sus hijos e hijas menores. Esto me recuerda a las afirmaciones de su buena amiga, la ministra Fátima Báñez, al señalar hace un mes que las mujeres necesitamos más contratos parciales que nos permitan conciliar vida familiar y profesional. Todo entorno a la mujer/madre. No se han enterado que las mujeres queremos desarrollar nuestra maternidad sin trabas, y eso no puede significar renunciar a nuestra profesión, o a nuestra carrera profesional. Y también significa decidir cuándo queremos ser madres. La lactancia materna es un derecho de la mujer. Dicho derecho se sitúa dentro de la esfera de la toma de decisiones personales. No obstante, también es un derecho de la mujer la elección o no de llevar un embarazo a término. Teófila Martínez favorece el primero e impide el segundo, con su voto en contra de la Ley de Salud Sexual y Reproductiva y de Interrupción Voluntaria del Embarazo de Bibiana Aído en febrero de 2010.
Si realmente la Alcaldesa quisiera apostar fuertemente por la
lactancia materna no se conformaría con una única sala en pleno corazón del
casco histórico, que cuenta con un equipamiento compuesto por sólo tres
sillones con reposapiés, un cambiador, un lavabo, una trona y un microondas.
Si de verdad creyera en la necesidad de cubrir este servicio público instalaria una sala de
lactancia en cada una de las asociaciones de vecinos, repartidas por todo el
municipio, muchas de ellas situadas en locales
municipales.
Me temo
que nos encontramos ante otra actuación de las que catalogo como
“política de escaparate” de nuestro equipo de gobierno y una muestra más del
carácter hipócrita hacia el que se tornan las políticas del PP.
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