Una vez llegado a este punto, pocas son las mujeres que franquean esta barrera, estancándose la mayoría en su carrera profesional e impidiendo su acceso a puestos de decisión y poder. Las causas de este estancamiento provienen en su mayor parte de los prejuicios sociales sobre la capacidad de las mujeres para desempeñar los puestos de responsabilidad, así como su disponibilidad laboral ligada a la maternidad y a las responsabilidades familiares y domésticas.
Consciente de este fenómeno, decidí franquear ese muro durante todo mi itinerario profesional y político. Una vez terminada la Licenciatura en Derecho me forje mi futuro, hoy presente profesional con afán y constancia, y mas tarde mi trayectoria política como concejala y portavoz en el Ayuntamiento de Cádiz, empleando el mismo metido: el trabajo, el compromiso y la ilusión. No obstante, si las barreras las rompes tu misma habrá personas que, asumiendo los prejuicios sociales, te las quieran imponer.
Fue uno de los argumentos lanzados por mis propios compañeros cuando decidí presentarme a la dirección del partido en agosto de 2012, y algunas preguntas se me formularon al respecto. Un ejemplo: "Ejerciendo tu profesión y sumándose tu ejercicio político como portavoz ¿Cuándo dejarías tiempo para tu vida personal?" Casualmente no escuché ese mismo razonamiento en los otros candidatos, algunos de ellos con las mismas cargas familiares que las mías. Es decir, si consigues romper ese techo de cristal que como mujer te encuentras, siempre habrá quienes te levanten otro techo, mucho más difícil de quebrar.
A pesar de todo, intentaré continuar con el mismo tesón e ilusión ejerciendo mi vida profesional, política y personal, por muchos techos que me encuentre en el camino.
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